Para hablar de posibilidades y de oportunidades, previamente es imprescindible tratar el alcance que presentan las personas con alguna desventaja a la información que se ofrece en la sociedad. Hoy en día, vivimos en la era de la información y de la comunicación. Desde hace unos años, la humanidad viene experimentando un cambio que avanza con pasos agigantados, y nos referimos a la apertura de fronteras gracias a los nuevos medios de comunicación y a las nuevas tecnologías. Sin duda alguna, un elemento imprescindible en la vida de una persona actual es internet. Podemos decir que es raro el hogar en el que no hay conexión a internet o que, por lo menos, posea un ordenador. Y no nos referimos simplemente a internet, si no a la utilidad que se hace de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, un uso muy común y cada vez más extendido son los medios audiovisuales. Pero… ¿el empleo de los mismos nos favorece a todos? ¿Todos tenemos la misma facilidad para formar parte en plenitud de esta comunidad que avanza a la velocidad de la luz? Podríamos decir que cada vez es más frecuente la igualdad de oportunidades en lo que a esta idea respecta. Un ejemplo de ello es la adaptación que se hace de multitud de información favoreciendo de esta manera a grupos minoritarios de la sociedad. Más concretamente podemos referirnos al colectivo de personas que presenta algún tipo de discapacidad auditiva. Teniendo en cuenta que gran cantidad de toda esa información de la que hablamos presenta como característica la presentación a través de audio e imagen, la desventaja es evidente. Pero hoy en día son muchos los programas, reportajes, etc., que ofrecen su información audiovisual tanto en el formato de audio tradicional como con traducciones a la lengua de signos y subtítulos. Este avance ha supuesto un gran progreso en el alcance la difusión de la información a mayor número de personas, equiparando las oportunidades de todos los miembros de nuestra sociedad.
Un ejemplo de este avance puede ser los subtítulos y la interpretación signada de una simple canción a la que una persona con déficit auditivo le puede ser difícil acceder. Con la simple interpretación a través del lenguaje de signos podemos hacer disfrutar a una persona sorda de la letra de una canción. En este caso hemos usado la canción "give me your eyes" (dame tus ojos) de Brandon Heath.
Teniendo en cuenta la letra de la canción en español podríamos aplicar esto a nuestro día a día en el sentido de que deberíamos pararnos de vez en cuando y mirar a nuestro alrededor con otros ojos. O, por lo menos, tener ese simple gesto de pararse y mirar.
Traducción:
Observando desde el cielo roto
trazado por las luces de la ciudad
mi mundo desde una milla de alto
el mejor asiento del lugar
Aterrizar sobre la cima fría
Sujétense para la parada repentina
respirando un shock familiar
de confusión y caos
Toda esta gente va a algún lugar
¿Por qué nunca me importó?
Estribillo:
Dame tus ojos por un Segundo
Dame tus ojos y podré ver
Todo lo que me sigo perdiendo
Dame tu amor por la humanidad
Dame tus brazos por el quebrantado
por los que están fuera de mi alcance
Dame tu Corazón por los olvidados
Dame tus ojos y podré ver
Saliendo a una calle ocupada
veo una chica y nuestros ojos se encuentran
se esfuerza por sonreírme
para ocultar lo que hay debajo
Hay un hombre a su derecha
traje negro y corbata roja
demasiado avergonzado para decirle a su esposa
que está sin trabajo , está comprando tiempo
Toda esta gente va a algún lugar
¿Por qué nunca me importó?
Estribillo:
Dame tus ojos por un Segundo
Dame tus ojos y podré ver
Todo lo que me sigo perdiendo
Dame tu amor por la humanidad
Dame tus brazos por el quebrantado
por los que están fuera de mi alcance
Dame tu Corazón por los olvidados
Dame tus ojos y podré ver
Eh estado aquí un millón de veces
Un par de millones de ojos
se mueven y pasan a mi lado
Nunca pensé que estaba equivocado
Bueno, quiero un segundo vistazo
Entonces dame una segunda oportunidad
para ver a las personas como tú las ves
Estribillo:
Dame tus ojos por un Segundo
Dame tus ojos y podré ver
Todo lo que me sigo perdiendo
Dame tu amor por la humanidad
Dame tus brazos por el quebrantado
por los que están fuera de mi alcance
Dame tu Corazón por los olvidados
Dame tus ojos y podré ver
miércoles, 13 de abril de 2011
viernes, 1 de abril de 2011
Todavía quedan obstáculos...
Resulta curioso hablar de las posibilidades de las personas que presentan ciertas desventajas en comparación con el resto de componentes de nuestra sociedad. ¿Quién es quien decide cómo debemos ser y lo que debemos tener cada uno?
No hace falta encasillarse en las oportunidades que obtienen las personas en cuanto a su futuro, sino en las posibilidades que presentan día a día en su entorno. En las posibilidades que tienen de ser uno más de la sociedad, de relacionarse con los demás.
No resulta tan extraño que una persona con discapacidad sea un objeto de atención cuando va caminando por una ciudad. Se les mira con cierta curiosidad, como si fueran un circo. Las personas atienden a sus conversaciones para ver lo que dicen esperando que en cualquier momento formulen cualquier comentario incoherente o sin sentido. ¿Por qué nos tenemos que creer más que los demás? Desde nuestro punto de vista, la visión generalizada es de curiosidad hacia estas personas, cuando no dejan de ser eso, personas, no centros de atención.
Y no sólo se puede hablar de personas con algún tipo de discapacidad, si no de muchas más. Por ejemplo, personas de etnias minoritarias, como los gitanos, o procedentes de otros lugares del mundo son consideradas como “peligrosas”, o ya no en este sentido, si no personas de las que no te puedes fiar demasiado.
O también nos podemos referir a aquellos alumnos que presentan unas capacidades de aprendizaje mayores que las del resto de sus compañeros. En muchas ocasiones son marginados o son objeto de burla por ello. Son considerados como el “empollón” de la clase, el pelota del profesor, “el cerebrito”,...
Y así se podrían seguir mencionando colectivos cuyos miembros, en algún momento, han podido sentirse desplazados, discriminados o menospreciados por el resto de personas.
Cierto es que si echamos la vista atrás, esta actitud o comportamiento de la sociedad ha ido disminuyendo poco a poco, pero aun es mucho el camino que queda por allanar. Se siguen dando pasos, pero mucho es lo que nos queda por caminar. Nosotros hemos tenido la oportunidad de acercarnos de una manera o de otra a algunos de estos colectivos y por ello queremos reflejar la realidad de estas personas a la vez que damos a conocer esos pasos que se siguen dando. Así, nos iremos documentando de aquellas situaciones que sufren estas personas y, sobre todo, de cómo se saltan las barreras con las que se encuentra, y las facilidades que obtienen para hacerlo.
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